El estrés es una respuesta natural de adaptación del organismo ante ciertos estímulos del medio sobre los que una persona tiene, o cree tener, limitados recursos para enfrentarlas. Es decir, es un proceso de movilización de recursos que implica una activación fisiológica y emocional de variable magnitud y se inicia ante un conjunto de demandas ambientales que recibe el individuo, a las cuales debe dar una respuesta adecuada.
Frecuentemente utilizamos de forma errónea la frase: el estrés en sí mismo no es malo. Se le llama Eustres o estrés positivo al que ayuda a focalizar la energía y es acotado en el tiempo. Muchas veces se siente como estimulante y mejora el rendimiento, ya que es percibido como compatible con nuestra capacidad de afrontamiento.
Sin embargo, cuando las respuestas del organismo son muy intensas, frecuentes y se mantienen constantes en el tiempo, se vuelven perjudiciales para la salud. El distres o estrés negativo, se siente displacentero y desagradable, genera una serie de reacciones emocionales y físicas que son percibidas de forma incompatible con nuestra capacidad de afrontamiento. Entre las reacciones fisiológicas se destacan el aumento del ritmo cardiaco, aumento de la presión sanguínea, aumento en la producción y secreción de hormonas del estrés como la adrenalina y el cortisol, aumento de la tensión muscular, sudoración y respiración superficial con mayor frecuencia. Entre las reacciones emocionales están la ansiedad, el miedo, la irritabilidad, humor depresivo y la preocupación excesiva.
Estas reacciones en exceso traen aparejado trastornos en la salud, a nivel psicológico o físico. Pueden agravar síntomas y cuadros clínicos, y generar afecciones neurológicas, cardiacas, inmunológicas y digestivas. También está comprobado quelas situaciones de estrés pueden afectar negativamente el resultado de un tratamiento. En una publicación sobre el estrés y las condiciones laborales, la Organización Mundial de la Salud (OMS) platea que el riesgo de hipertensión puede aumentar de 2 a 3 veces a causa de los trabajos en los cuales hay mucha tensión.
Algunos tips antiestrés para tener en cuenta
Manejar expectativas como una forma de evitar grandes frustraciones.
Dedicar tiempo a actividades sociales que resulten agradables y dedicar un tiempo a alguna actividad recreativa.
Revisar las horas de sueño, reducir sustancias que contengan alto contenido de cafeína.
Realizar algún tipo de actividad física, realizar ejercicios de respiración y relajación.
Existen diversas técnicas que nos pueden ayudar a bajar los niveles de estrés: Yoga, Meditación, Mindfulness, Reiki, Masoterapia y Psicoterapia.
Asesoró: Silvana Rafaniello, Profesora de Masoterapia y Reiki.
Coordinadora General en E.M.I (Espacio Multidisciplinario Integrativo)
http://reikimasoterapia.com.ar/
Fuentes:
Organización Mundial de la Salud: http://www.who.int/
Sociedad Argentina de Medicina del Estrés: http://www.sames.org.ar/