La alimentación cruda es la mirada más antigua de todas, que propone el consumo de alimentos lo más naturalmente posible. También conocida como “raw food” “life food” o “crudivorismo vegano” es un estilo de vida que excluye el consumo de animales y derivados, así como alimentos refinados e industrializados. Curiosamente, los cereales entran en la clasificación de los “no aptos” debido a su alto contenido de almidones, y porque rara vez se pueden consumir crudos.
Entonces ¿Qué hay para alimentarse?
El raw food motiva al consumo de frutas y verduras de todo tipo –preferiblemente orgánicas – semillas como lino, chía o girasol, frutos secos y algas. Y si… Hay vida después de los embutidos del supermercado.
Pero… ¿Por qué crudo?
Al cocinar los alimentos a más de 40 grados, se pierden las enzimas, que son las responsables de enviar proteínas a nuestras células, y de limpiar toxinas y residuos acumulados que pueden interferir en el buen funcionamiento de los órganos. Al consumir alimentos crudos, la energía pasa de los alimentos a nuestro cuerpo de forma natural y directa.
¿Por qué comida viva?
En este tipo de alimentación, también se implementa un método llamado “activación” que se aplica a las semillas y frutos secos. Consiste en remojar estos alimentos en agua por un tiempo determinado, para activarse y recobrar la vida. El resultado: se aprovechan al máximo sus propiedades.
Explicación científica:
Nuestro intestino es mucho más largo que el de los animales carnívoros. Esto se traduce a que, genéticamente, el ser humano no tiene las capacidades físicas para asimilar de forma espontánea las carnes. Es por ello que se pudren en un intento forzoso de digestión.
Esta alimentación es alcalina - neutraliza los ácidos y sus efectos - y en la alcalinidad de la sangre no se producen enfermedades. Por eso, mantener este tipo de alimentación de forma permanente, puede revertir cualquier tipo de enfermedad y dolencia sin necesidad de recurrir a la ciencia.
El horno deshidratador: Es un tipo de horno que se utiliza para este tipo de alimentación. Consiste en exponer a los alimentos sobre bajas temperaturas para secarlos sin cocinarlos, preservando así sus nutrientes.
Asesor: Leonardo Gardelliano - Cocinero especializado en alimentación viva.