¿Por qué somos más propensos a enfermarnos en invierno? El frío aumenta la predisposición de contraer afecciones respiratorias. La función de la cavidad nasal es hacer las veces de un “filtro”, calentar y humedecer el aire que respiramos y controlar el paso de microbios a los pulmones. Para ello cuenta con unos pelitos llamadoscilias que junto con una delgada capa de moco atrapan las partículas (suspendidas en el aire, entre ellas los microorganismos) y las barren hacia el exterior. Este sistema de defensa se ve afectado con los cambios de temperatura (el aire caliente y seco de calefacción impide que se humedezca el moco, y el aire frio vuelve a las cilias más lentas) impidiendo que cumpla correctamente esta función.
Al verse afectados estos mecanismos, el organismo está más predispuesto a la infección por virus respiratorios, que son los causantes del resfrío común y de la gripe. Ambas enfermedades se contagian por contacto con secreciones respiratorias (ya sea a través de estornudos o por tocar superficies u objetos contaminados) y como se caracterizan por síntomas parecidos, frecuentemente tendemos a confundirlas entre sí. Sin embargo, son infecciones distintas, producidas frecuentemente por virus distintos. Aquí algunos puntos que caracterizan a cada uno de los cuadros:
RESFRÍO COMÚN: Es el más habitual de los casos de infecciones respiratorias que se presentan en el invierno. Tiene una duración variable, generalmente entre 5 y 7 días, la fiebre es rara y los síntomas predominantes son las secreciones nasales, estornudos y dolor de garganta, es decir, aquellos que comprometen a la vía respiratoria alta (cavidad nasal, faringe y laringe).
GRIPE: Si bien los síntomas respiratorios son similares al resfrío común, se presentan con mayor intensidad. Suele acompañarse de fiebre y por un cansancio y dolor muscular más importante. La duración de la gripe es variable. En poblaciones más vulnerables como diabéticos, personas inmunodeprimidas, recién nacidos y adultos mayores puede presentar mayores dificultades. La acción viral puede ser mucho más dañina y volver más propenso al aparato respiratorio a infectarse (devenir, por ejemplo, en una neumonía).
Es importante no automedicarse. Las enfermedades virales no se curan con antibióticos y, por otro lado, el uso cotidiano de medicamentos de venta libre puede tapar los síntomas dificultando un diagnóstico correcto. Es importante consultar a un médico o centro de salud, sobre todo cuando los síntomas persisten.
Asesoró: Dra. Constanza Dallochio
Médica Clínica, Especialista en medicina interna. M.N 119947
Fuente: http://www.msal.gov.ar/